La Vida según May Reguera


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"VIDA". Exposición personal de May Reguera. Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, La Habana.

Por: Maikel José Rodríguez Calviño

Imágenes tomadas del perfil en Facebook del autor de este texto y del perfil en Instagram de la artista @myreguera_

 

Vida es el título de la muestra personal de May Reguera que por estos días acoge la Sala Polivalente del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (CDAV). Con curaduría de Elisa González y asistencia técnica de Elizabeth Llanes y Tania Parson, la propuesta nos acerca al universo de la lactancia materna mediante un amplio número de retratos, tres instalaciones, una video-instalación y un performance colectivo de sencillas facturas y puestas en escena.

En mi opinión estamos ante una muestra desigual. Por un lado, contribuye a desestigmatizar una praxis tan cotidiana como natural: el acto de amamantar, muchas veces rechazado cuando se produce en espacios públicos. En este sentido, la propuesta es útil y novedosa, contando con escasos antecedentes, específicamente la serie Recuerdos de nuestro bebé (1985-1986), de Marta María Pérez Bravo, donde la significativa fotógrafa aborda la lactancia materna desde una perspectiva exclusivamente personal. Ahora, May Reguera la trabaja desde lo personal y lo colectivo, insertando sus protagonistas (e insertándose ella misma) en vibrantes atmósferas monocromas que traducen la felicidad implícita en el proceso, aunque, tal y como aclaran las palabras para el catálogo, el acto de amamantar no esté exento de dolores y desvelos.

Asimismo, la exposición presta atención a los bancos de leche materna, concebidos para garantizar el sustento a aquellos bebés que no son amamantados por múltiples causas: nacimiento prematuro, intervenciones quirúrgicas, alergias, orfandad, adopción, déficit o ausencia de leche en sus progenitoras, entre otras razones. A ello se suma el interés de la creadora por desmontar mitos relacionados con la lactancia. Una de las instalaciones presentes en la muestra incluye, precisamente, un amplio número de tabúes o creencias relacionados con el tema. May los refleja mediante frases cotidianas, coloquiales, que ha extraído de sus propias experiencias como madre.

Sin embargo, Vida concentra exclusivamente su atención en la imagen femenina maternal, sin prestar atención a otras personas que, independientemente de sus identidades sexuales y de género, se involucran activamente en el acto de lactar o que, ante la ausencia de un cuerpo capacitado para hacerlo, deben recurrir a procedimientos asistidos. O sea: May pondera la lactancia somática, dejando fuera otros tipos, tan válidos como la natural. Asimismo, insiste en el papel de la mujer como fuente dadora de vida, lo cual redunda en el papel de madre-esposa-cuidadora que el orden patriarcal le ha conferido a lo largo de la Historia, al tiempo que asocia a las mujeres, una vez más, con lo comestible y lo bebestible.

Si bien es inusual que las personas de sexo biológico macho amamanten de forma natural, muchas se involucran activamente en el proceso o por varias razones deben asumirlo en su totalidad mediante procedimientos asistidos. Una mujer trans que da leche a un bebé, ¿no está lactando también? ¿O un hombre trans que no haya recurrido a la mastectomía, tenga un hijo y decida amamantarlo? ¿Y una pareja de gais que asumen la crianza de un recién nacido? ¿Existen casos así en la cotidianidad cubana? Tenemos un precedente: Francisco Rodríguez, el «Carnicero de Camagüey», un hombre que amamantó a su hija durante veintidós meses.[1] Aquí, May pudiera encontrar una línea de investigación muy interesante que enriquecería sustancialmente su propuesta.

Por otro lado, las imágenes evidencian un sabor camp que las despoja de todo misterio y seducción. Ello va aparejado con una deficiencia curatorial: la marcada reiteración implícita en las series seleccionadas. Vemos una imagen, de ahí pasamos a la siguiente, y ya hemos visto todas las instantáneas. Este afán homogeneizador fue aminorado por el performance celebrado en la sala, consistente en varias mujeres amamantando in situ, pero afecta la apreciación de quienes se acercan a la exposición tras el día del opening. Desafortunadamente, la video-instalación y las instalaciones no contribuyen lo suficiente a disipar esta sensación de redundancia presente en la puesta en escena.

Aun así, Vida es una muestra necesaria que visibiliza con sencillez y sinceridad un acto cotidiano y natural, muchas veces considerado inapropiado cuando se le efectúa en entornos públicos, criterio usualmente sustentado por razones que no guardan relación con la salud del bebé y de quien amamanta. No hace mucho España se estremecía de indignación ante el cartel del filme Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, en el que aparecía una teta-ojo de cuyo pezón brotaba una gota de leche…

Más que un gesto de amor de una madre hacia su hijo, la lactancia es un gesto de amor de una o varias personas dispuestas a cuidar de otras personas: perspectiva que pudiera tributar positivamente a la densidad iconográfica de este proyecto tan interesante y necesario. Enhorabuena para creadora, curadora y asistentes técnicas, y mis felicitaciones para el laborioso equipo curatorial del CDAV por acogerlo.


[1] Véase el artículo «Lactancia masculina: presentación de un caso cubano», del Dr. Joaquín Román Lafont, publicado en la Revista de Ciencias Médicas de La Habana, No. 1, Vol. 15, 2009 (consultado en www.revcmhabana.sld.cu el 19 de noviembre de 2022 a las 3:00 p.m.).


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